Oasis. Whatever

Donde la calma parecía ser la extraña protagonista en un mundo aun por descubrir, la confianza empezaba a brillar por su ausencia. No era nada raro encontrar signos de debilidad en su rostro, casualmente ese día la frialdad de su mirada dejaba entrever que las primeras palabras que salieran de su boca iban a cambiar el rumbo de una historia, que al igual que ese mundo está por descubrir.

Presa de sus miedos, tocó fondo. Vivió una infancia feliz, la rebeldía de su adolescencia le hizo vulnerable, y el destino le tenía preparado a un ser despreciable a su lado. A pesar de ello y consciente de no serlo se convirtió en una gran mujer con un encanto muy especial.
Por primera vez la dignidad fue mayor que el temor, tal vez el recuerdo dejó paso al odio y este hizo lo propio con un resquicio de amor propio que se le fue arrebatado hace mucho tiempo cuyo desenlace acabaría con un final… aun por descubrir.

Por un final feliz… Oasis “Whatever”

Enrique Bunbury.Apuesta por el Rock and Roll

He tenido la suerte de haber perdido muchas veces y he visto en ocasiones la actitud de la adversidad, todo un derroche de arrogancia e indolencia hacia aquellos que no han tenido la misma fortuna, siempre estaré agradecido a esas personas que me enseñaron lo que no tenía que hacer, ojala no sea demasiado tarde para un cambio en ellos, si no fuera por eso nunca jamás hubiera sabido ganar.
Quizás te das cuenta que cuando la suerte no está de tu parte la solución es aprender y volver a buscarla con más ganas, no crean que es fácil pero si consiguen sacar esa reflexión después de un mal momento, el éxito está a la vuelta de la esquina. Porque ganar no es lo mismo que vencer y porque perder no es sinónimo de estar derrotado.

Hoy quiero acordarme de esas personas que se enfrentan a su mal momento, y transmitirles el apoyo de alguien, posiblemente desconocido, para que nunca dejen de luchar por lo que fueron y sobre todo por lo que serán.
Ánimo y apuesten por el Rock ´n´Roll.

Coque Malla. Berlín

Sólo el pasado nos da la oportunidad de enfrentarnos al recuerdo. Y sólo el destino nos ofrece la oportunidad de afrontar el futuro. Sabemos lo que pasó ayer pero nada más que la imaginación puede intuir lo que nos sucederá mañana, y la imaginación suele volar tan alto que rompe la barrera del realismo.
Así que decides romper con todo y escapar, empiezas a construir una nueva vida, un nuevo hogar en un lugar donde la distancia no se mide por kilómetros. Irse de la que fue tu casa durante todos los años de tu vida era lo que en ese momento tenía sentido, en aquellos ojos impresionaba ver el reflejo de unas calles vacías que no llorarían por tu ausencia.

No existe el rencor cuando la felicidad invade tu vida, los recuerdos que tanto costó olvidar hacen que desees volver al lugar de donde te marchaste ese día sin levantar la vista del suelo, volver para decir adiós a la ciudad donde nunca más volverás.

Disfruten del gran Coque Malla y de la voz de Zahara. “Berlín”.

Lori Meyers. Mi Realidad


Era la primera vez que lo que escribía había pasado antes por un trozo de papel, y estaba convencido que los garabatos nacidos de mi puño y pésima caligrafía, que adornaban esa hoja, se iban a convertir en las palabras blancas que vienen decorando este intenso fondo negro.
Pues bien, no es así. Todo lo que en ese escrito ponía ni se aproxima a lo que en este momento puedan estar leyendo.

Cuando acabé de escribir leí con atención y sin pensarlo dos veces rompí el papel en tantas partes como pude. Contaba una historia llena de fantasía, una historia donde la leyenda eclipsaba todo argumento. Algo irracional, todo carecía de lógica. Aquel papel, que imitaba el color blanco lo destruí por dos motivos; el primero, porque tenía la sensación de que su contenido derrochaba un insultante aburrimiento y el segundo y no menos importante porque no era real.

Lo siento por interrumpir… pero esta es mi realidad.